domingo, 12 de julio de 2015

¡QUÉ GANAS TENGO DE JUBILARME!

Cada mañana repito la misma frase: "Su puta madre, qué ganas tengo de jubilarme".  Y es que a mis 42 años estoy hasta las narices de tener que trabajar para vivir.  Y sin embargo escucho, cada día, sin falta, la frase que me toca las narices:  "¡Y dá gracias!".  ¿Gracias?¿A quién?
Me explico, para evitar susceptibilidades.  ¿A quién se supone que debo dar las gracias?  Así, a bote pronto, se me ocurren varias opciones:

 -  Se refieren a Dios.  Ese ser etéreo que hace que la gente se vaya matando (ahora son unos con barba, antes eran otros con cruces, y siempre, siempre, gente sin cerebro ni criterio) desde tiempos inmemoriales.  Ese ser extraterrestre que nos maneja a su antojo pero, eso sí, nos ha dado el libre albedrío.  Si se refieren a Dios entonces tengo que darle las gracias por darme la oportunidad de levantarme a las 5 y media de la madrugada, perder una hora y media de mi vida hasta llegar a mi puesto de trabajo, pasar 8 horas allí metido, perder otra hora y media en la vuelta y todo para poder comer (y, por qué negarlo, disfrutar de algún capricho) y mientras, ese mismo Dios hace que haya personas que pasan penurias.  Debo agradecerle que un ser "omnipotente" según ellos me haya elegido a mi para darme la virtud del trabajo en lugar de a otros.  Hay que joderse.

 -  Se refieren a la suerte.  Ese azar que es incontrolable.  Ese "je ne sais pas quoi" que hace que sucedan las cosas.  ¡Cagontó!  ¡Con la de piropos que le he echado a esa malaputa en forma de loterías primitivas y Euromillones!  Si ha estado pasando de mí en su forma más sencilla, ¿Por qué me ha reservado el castigo del trabajo?  ¿Por eso tengo que darle las gracias?

-  Se refieren a mis jefes.  Por ahí no paso.  Cada uno tendrá los jefes que tenga.  Unos se quejarán más de ellos y otros menos.  Yo no dejo nada en internet porque esto luego no lo borra nadie y, de lo que digo ahora, vete a saber si no tengo que "desdecirme" de aquí a un tiempo, con lo cual no pienso mojarme en eso.  Lo que sí que tengo claro es que a ellos no les debo las gracias.  La relación entre un trabajador y un empresario no puede ser de agradecimiento de uno hacia el otro, ni en un sentido ni en el otro.  El empresario debe cumplir con el pago de los emolumentos.  El trabajador cumplir con su trabajo.  El empresario debe exigir las obligaciones del trabajador y permitirle sus derechos.  El trabajador debe cumplir con sus obligaciones y exigir y practicar sus derechos.  No hay nada que agradecer.  Tengo un horario, lo cumplo, me lo pagas, listo.  No te debo nada.  No me debes nada.

Por todo ello, a la pregunta "¿Cómo te va?" me he negado desde hace tiempo, aunque a veces se me escapa, decir aquello de "Trabajando.  Y dando gracias".  Me niego.  Lo he cambiado por "Tirandillo, que ya es mucho".  Paso de agachar la cabeza dando las gracias por algo que me gano.  Y mientras tanto seguiré acariciando a la puta de la "suerte" con euromillones y primitivas a ver si hay suerte y me jubilo de una puta vez.  Porque el trabajo es un castigo.  Y si no, a todos los creyentes, recordad que, según vosotros, Dios nos expulsó del paraíso y nos obligó a ganarnos el pan con el sudor de nuestra frente como castigo.  Al final es lo que un día le leí a Carlos Azagra en un cómic:  "Si el trabajo fuera bueno, los ricos se lo habrían quedado para ellos".

Dicho todo esto, aviso a políticos:  Cuando hableis, recordad esto.  Me harto de escuchar frases como "la gente quiere trabajar", "hay que dar trabajo a la gente", etc.  Ni mucho menos.  Cómo se nota que no teneis ni puta idea de lo que es.  La gente no quiere trabajo, la gente quiere dinero para vivir.  Lo que sucede es que la mayoría, no como vosotros, tiene que trabajar para conseguirlo.  Pero si se pudiera vivir sin trabajar (ahora sí, como vosotros), ni Dios lo haría.  Esa trampa que nos quereis hacer, no lo dudo, es para conseguir convencernos de que aceptemos cualquier cosa, cualquier recorte de nuestros derechos, cualquier mierda de sueldo, cualquier "minijob", cualquier migaja.  Para conseguir convencer a la opinión pública de que "si ese no encuentra trabajo es porque es un vago, porque trabajo hay" y todas esas cosas que siempre os han encantado.  Pues conmigo no vais a poder. Me niego.  El parado tiene un problema grave, por supuesto.  La solución, sin duda, es que consiga trabajo, por supuesto.  Pero NO A CUALQUIER PRECIO.  Si algo ha tenido esta crisis es que nos ha llenado de porquería por mucho tiempo.  No de pobreza, que también, si no de oscuridad para el futuro.  Habeis sido tan cabrones como habeis podido.  Id con cuidado.  Las urnas os asustan, pero es que si seguís así, os va a tener que asustar la gente.  Las masas con hambre tienen muy poco que perder.  Los obreros "esclavizados" se pueden rebelar en cualquier momento.  U os poneis las pilas o vosotros sereis los únicos responsables de lo que pase.  Este aviso es para todos los políticos, por supuesto, pero de manera más firme para todos aquellos que han tenido responsabilidades de gobierno, no vaya a pasar como con Grecia, que Tsipras se encuentra la mierda debajo de la alfombra y ahora pretende don Mariano que nos creamos que la culpa es suya.

No hay comentarios: